martes, 27 de julio de 2010

"Ewigkeit", Borges

Torne en mi boca el verso castellano

a decir lo que siempre está diciendo

desde el latín de Séneca: el horrendo

dictamen de lo que todo es el gusano.

Torne a cantar la pálida ceniza,

los fastos de la muerte y la victoria

de esa reina retórica que pisa

los estandartes de la vanagloria.

No así. Lo que mi barro ha bendecido

no lo voy a negar como un cobarde.

Sé que una cosa no hay. Es el olvido;

sé que la eternidad perdura y arde

lo mucho y lo preciso que he perdido:

esa fragua, esa luna y esa tarde.